Roma es una ciudad absolutamente impresionante, cuya única descripción que le hace justicia es la de “museo al aire libre”. Y es que si visitas Roma, es probable que te sientas abrumado con la gran cantidad de actividades y lugares que se pueden ver en la capital italiana.
Obviamente, en nuestra lista de imprescindibles deberían estar el Coliseo Romano, el Foro, la Fontana di Trevi o el Panteon. Sin embargo, al poner un pie en estos monumentos ya nos daremos cuenta enseguida de la masificación a la que estaremos expuestos durante nuestra visita, y es que Roma es una de las ciudades más valoradas por los turistas. Un hecho que tampoco nos extraña en absoluto.
Por suerte para nosotros, en “La ciudad eterna” hay tantas cosas interesantes por ver, que algunas menos famosas han logrado soportar la atención turística de los visitantes, con lo que son lugares que podremos visitar sin tener que estar lidiando constantemente con toda esta gente.
Así que vete haciendo la maleta, porque aquí te traemos 7 joyas escondidas en una de las ciudades más bellas del planeta:
1. Quartiere Coppedè
Aunque no se trata de un monumento en sí mismo, sino más bien de un barrio, el conjunto arquitectónico que presenta es digno de admirar. Este distrito se sitúa en la zona noroeste de la ciudad, donde habitan algunas familias de clase media-alta.
Aquí encontraremos 26 palacetes y 17 villas de estilo barroco y art decó, todas diseñadas por el arquitecto Gino Coppedé. El centro neurálgico de toda esta obra de arte lo encontramos en la Piazza de Mincio ubicada en este mismo barrio.
2. El Jardín de los Naranjos
Si le preguntas a un romano cuál es el mejor atardecer de toda la ciudad, hay muchas posibilidades de que te responda que el que se puede observar desde este desconocido jardín.
Ubicado en una de las siete célebres colinas romanas, el Jardín de los Naranjos es famoso por sus preciosas vistas, y por estar orientado hacia al oeste, con lo que tendremos una panorámica privilegiada para observar cómo el cielo de Roma se tiñe de colores cálidos para decir adiós a otra jornada más.
Aunque no podamos dirigirnos a este emplazamiento a la hora del atardecer, también merece mucho la pena acercarnos durante el día ya que las vistas a la ciudad son absolutamente impresionantes.
Lo mejor de todo es que todavía es un rincón bastante desconocido de Roma, así que sin duda, será un buen escape de todo el ajetreo de la ciudad.
3. Villa Borghese
Actualmente utilizado como parque público, se trata de una de las zonas verdes más grandes y cuidadas de todo Roma. En este caso, sí que estamos hablando de un lugar algo más conocido, aunque sigue conservando cierta intimidad para aquellos que desean encontrar un poco de paz en plena capital.
El lugar está repleto de sorpresas como pequeños monumentos, esculturas y fuentes. También aquí se ubican algunos museos interesantes que podemos visitar, entre los que destaca la Galería Borghese, la cual alberga algunas obras de autores como Caravaggio o Rafael.

4. Isla Tiberina
¿Sabías que Roma cuenta con su propia isla? Probablemente no, ya que este es un dato que suele pasar por alto a los visitantes de la ciudad, aunque sin duda, es una de esas curiosidades que merece mucho la pena ver.
Como ya nos podremos imaginar por su nombre y ubicación, esta isla está situada en el río Tíber, en el corazón de Roma, cerca de la Colina Capitolina. Una de sus características más peculiares es su forma, ya que siempre se ha dicho que la isla parece en realidad una barca.
Aquí también se encuentra el Templo romano a Euscalapio, el dios de la medicina y la curación.
Por alguna razón incomprensible, esta curiosa formación pasa bastante desapercibida a pesar de su ubicación cercana a otros monumentos conocidos de la ciudad. Un lugar Perfecto para poder disfrutar de su vista sin que nadie nos moleste.
5. Piazza Vittorio Emanuele II
Aunque la plaza en sí ha perdido bastante belleza con el paso de los años, existe cierto encanto en esta sensación de decadencia que podemos observar al visitarla.
La plaza se edificó en honor al primer rey de la Italia unificada. Hoy en día, es un espacio que pasa bastante desapercibido, aunque cuenta con una peculiaridad, y es que aquí encontramos un jardín de ruinas cuyo origen se remonta algo desconocido, aunque se cree que forman parte de una fuente monumental que podría haber estado ubicada en este mismo lugar durante el siglo III.
6. Iglesia Sacro Cuore del Suffragio
Con una de las fachadas más llamativas de la ciudad, esta iglesia de estilo neogótico se alza imponente con su blanco inmaculado sobre las orillas del legendario río Tíber. Cualquiera que vislumbre la fachada desde cualquier emplazamiento lejano, se dará cuenta de lo mucho que contrasta su tono níveo en comparación con el resto de edificaciones de la zona.
En su interior, encontramos un museo dedicado a las Ánimas del Purgatorio, el cual consiste en una colección de reliquias con marcas de estas almas en pena. De hecho, incluso hay algunas fotografías y documentos que prueban su veracidad.
7. Cementerio Protestante
Aunque un cementerio no suele ser una visita demasiado popular cuando estamos en una ciudad como Roma, la belleza y arte que alberga el Cementerio Protestante pueden ser una razón de peso para dejarnos caer por esta parte de la ciudad.
La razón de ser de este espacio tiene su origen en la prohibición de la Iglesia Católica de enterrar a personas no católicas en suelo sagrado. Aquí descansan algunos escritores famosos como Gregory Corso o John Addington. Además, el recinto está repleto de vegetación y algunos monumentos y pequeñas estatuas funerarias bastante bellas, lo cual dota al cementerio en sí de un carácter.
Y para ti, ¿cuáles son tus lugares favoritos de Roma? ¡Cuéntanos en los comentarios! 🙂