Pasear por las hermosas y cálidas calles de La Habana es una experiencia totalmente visual y única. Y es que la capital de Cuba es un bullicio de rincones y espacios con encanto, capaces de enamorar a todos los viajeros que ponen un pie en esta intrépida y pintoresca urbe.
Si algo caracteriza a La Habana son sus vivos colores y su intensa vida callejera, el lugar perfecto para observar y experimentar en la propia piel cómo es el día a día de la comunidad cubana en el epicentro de su vida cultural.
En el post de hoy te traemos los rincones más pintorescos y bonitos para que tú también te dejes perder por la belleza de una de las ciudades más espectaculares del mundo. ¿Estás preparado?
1. Callejón de Hamel
Ya te hemos advertido que Cuba es una ciudad colorida, donde el arte se respira por doquier. Pues bien, si tuviéramos que nombrar algún rincón callejero como el epicentro de la cultura y el arte afrocubano, ese sin duda sería el Callejón de Hamel.
El lugar es pequeño, pero llama mucho la atención. Este proyecto artístico empezó a principios de los años 90, cuando un vecino de esta callejuela pidió al artista Salvador González Escalona que le pintara la fachada de la casa. Después de acabar el trabajo, Salvador se dio cuenta del mal estado en el que estaba toda la calle, y decidió arreglar las otras casas dando por resultado una obra de arte al aire libre que ha pasado a ser una seña identitaria de la cultura afrocubana de la isla.
Nuestra recomendación es que si puedes, visites este callejón en domingo, ya que el último día de la semana, se hacen conciertos de música cubana al aire libre y el ambiente se torna muy auténtico. Aunque las actividades y eventos culturales pueden darse cualquier día de la semana, así que no te preocupes si por cuestiones de itinerario, no puedes ir este día en concreto.

2. La Habana Vieja
Aunque no se trata de un lugar en sí, sino más bien de todo un barrio, visitar el distrito más antiguo de la ciudad nos permitirá admirar su patrimonio histórico y cómo este refleja el paso de varias épocas: la invasión española, británica, francesa, así como la influencia estadounidense.
De hecho, la importancia histórica de este espacio de la ciudad es tal, que en 1982 la UNESCO la declaró como Patrimonio de la Humanidad.
Además, si nos dejamos perder por su entramado de calles, descubriremos que algunas de ellas siguen conservando el carácter colorido típicamente colonial que se les dio años atrás. Buen ejemplo de ello es la Calle Mercaderes o la Calle Teniente Rey.
3. Museo de la Farmacia Habanera
Los visitantes más amantes de las curiosidades se sentirán gratamente sorprendidos al descubrir el Museo de la Farmacia Habanera, una exposición permanente que tal y como nos indica su nombre, pretende mostrar y recordar la historia farmacéutica de la ciudad.
La belleza del lugar en sí es de tal calibre, que la visita ya merece mucho la pena independientemente de que nos interesen los temas farmacéuticos.
Sobre estanterías de una bella madera antigua y tras decenas de vitrinas de cristal, encontraremos todo un seguido de objetos, como microscopios antiguos, medidores, frascos, mezcladores y balanzas, que habían pertenecido a farmacéuticos de la ciudad del siglo XIX.
De hecho, más que entrar en un museo de la historia farmacéutica de La Habana, parece que hayamos retrocedido en el tiempo para adentrarnos en el laboratorio de un auténtico alquimista.
4. El Bosque de La Habana
Y dejamos el bullicio de la ciudad para explorar un lugar radicalmente distinto a los anteriores: el Bosque de La Habana.
Al oeste de la capital, se encuentra el Parque Metropolitano de La Habana, cuyas 700 hectáreas de árboles y plantas sirven como pulmón de esta ajetreada ciudad.
Si esperamos un gran parque urbanita del calibre de los de Londres o Nueva York, nos llevaremos una buena sorpresa al comprobar que el Bosque de La Habana es mucho más que eso. No hay que olvidar que nos encontramos en una zona subtropical con un clima bastante húmedo, con lo que más que un bosque lo que nos encontraremos en esta parte de la ciudad es una auténtica selva urbana.
El parque está construido con mucho gusto, aunque conserva un carácter bastante salvaje que lo hace único en el mundo. No es de extrañar que sea una de las visitas más bonitas de toda la ciudad ya que su diseño es obra del célebre paisajista y arquitecto francés Jean Claude Nicolas Forestier.
Si quieres visitar el bosque cómodamente, dada la extensión lo más recomendable es hacerlo en bici o coche. Es bastante popular que los turistas alquilen un tour guiado en bici o un típico coche clásico americano, los cuales proliferan por todos los rincones de La Habana, y recorran el lugar cómodamente por las carreteras que se encuentran en su interior.
5. La Guarida
Acabamos con una propuesta que será capaz de satisfacer todos nuestros sentidos, pero más concretamente la vista y el gusto. Y es que La Guarida es ante todo un restaurante, pero con una arquitectura y diseño muy singular.
Este establecimiento es sin duda, una de las cocinas más famosas de toda La Habana. Ubicado en un antiguo palacete del siglo XX, su interior ha albergado a multitud de famosos y personas influyentes de todo el mundo debido tanto a la belleza del propio edificio como a la calidad del servicio que se ofrece.
La Guarida ha logrado sobrevivir al paso del tiempo con elegancia y autenticidad. El edificio en sí es multifamiliar, aunque hay algunas zonas comunes las cuales muestran un reflejo del lujo y sofisticación que el lugar había tenido antaño.
Una visita más que obligatoria para todos aquellos que quieren ver con sus propios ojos uno de los lugares más icónicos e históricos de toda la ciudad de La Habana.
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Y tú, ¿has visitado La Habana o quieres visitarla? ¡Cuéntanos en los comentarios! 🙂